"Mirémonos a nosotros mismos: ¿No es cierto que cada vez que nos ofrecimos de todo corazón a la Inmaculada, Madre de Dios y Madre nuestra, la paz entraba en nuestro corazón?. ¿No es acaso cierto que, cuando somos asaltados por tentación, nuestra voluntad no cede y encuentra en María un apoyo indefectible, con tal que apelemos a Ella con confianza, aferrándonos a Ella como los niños a su Madre?" (EK 1145)
Virgen Inmaculada, Madre mía, María, yo me consagro a ti, hoy y por siempre, para que tú dispongas de mí para el bien de mis hermanos; solo te pido, Reina mía y Madre de la Iglesia, poder colaborar fielmente contigo, para que cunda el Reino de tu Hijo en el mundo.
Te ofrezco, por tanto, corazón Inmaculado de María, todas las oraciones, actividades y sacrificios de este día.
Concédeme alabarte, oh Virgen Santísima; dame fuerza contra tus enemigos.
Amén
Cómo nos cuesta, en ocasiones, reconocer que nuestras propias fuerzas no son suficientes para enfrentar los embates de la vida cotidiana, y más aquellos que ponen en peligro nuestro estado de Gracia. El valor que seamos capaces de darle a la pureza de nuestra alma hará que busquemos toda la ayuda disponible por parte de Dios, como principal colaboradora será la Inmaculada.
Vivamos cómo hijos de la Inmaculada, en conciencia de ello y felices por que Ella nos a llamado a vivir esta vocación.
Copyright © 2023
Milicia de la Inmaculada Hispana
Todos LOS DERECHOS RESERVADOS.